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Mujeres en la guerra 

 

Críticas y Comentarios sacado del sitio web

 

 

Feb 18 2003
En esta obra, motivada por la crueldad de la guerra, Lara recoge los testimonios de diez mujeres armadas, en donde quedan al desnudo sus más íntimos secretos y verdades.
Como comenta Florence Thomas, coordinadora del Grupo Mujer y Sociedad, este libro logró ir más allá de acuerdos o rechazos ideológicos: logró un retrato del drama colombiano en femenino .
Tomado de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1001162

Dic 31 2000
Las Farc no dan tregua. – Ni diálogo- Acaban de espetárnoslo sin paliativos. Como si no lo supiéramos. Pero la tregua tenemos que tomárnosla. Cada uno como pueda. Leyendo, por ejemplo, en estas vacaciones forzadas de fin de año, para seguir reflexionando en la razón de la sinrazón que nos consume. Un buen camino es el libro de Patricia Lara Las mujeres en la guerra, ganador del Premio Planeta. Allí se plasma nuestro drama, a través de diez mujeres que, sin odio ni dramatismo, cuentan cómo la violencia se ha ensañado con ellas, que somos todos. Como protagonistas o como víctimas: una ex guerrillera del Eln y del M-19; una comandante de las Farc; una dura de las autodefensas; la viuda de un dirigente de la izquierda y la de un teniente del Ejército, asesinados; la madre de un soldado secuestrado por la guerrilla y la de cinco hijos revolucionarios; una secuestrada por el Eln y una desplazada por los paramilitares.
Margarita Vidal
Tomado de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1268849

Dic 16 2000
Son nueve mujeres, las cuales unas más que otras pueden representar con sus vidas las tragedias de la gran mayoría de las mujeres colombianas de hoy: miseria, machismo, violencia, orfandad, discriminaciones aberrantes, violación de los derechos fundamentales de ellas o de sus familiares y etcétera.
Tales mujeres son una exguerrillera del Eln y del M-19, una comandante de las Farc, una desplazada, una dirigente de las autodefensas, las viudas de un líder de izquierda asesinado y de un teniente del Ejército, las madres de un soldado secuestrado y de 4 guerrilleros y una secuestrada por Eln.
Patricia Lara entrevistó a cada una de ellas, le contaron sus vidas, la forma como se vieron envueltas en la guerra y sus experiencias, para alguna gozosas como para la comandante de las Farc para las demás tan dolorosas. Uno lee absorto esas historias, en las que se mezclan la vocación aventurera, la crueldad, idealismos, la rabia y siempre el horror y el terror. Pero también, la ternura, que abunda en todas las páginas, aun entre las entrevistadas más fanáticas y endurecidas.
Por su parte, Patricia Lara realiza un trabajo espléndido. En primer lugar, ella desaparece por completo, no hay preguntas ni respuestas, no toma partido, no condena ni aprueba, no editorializa: deja que las mujeres cuenten, respeta su idioma, sus ideologías, sus pensamientos y sus sentimientos. Cada personaje habla en primera persona en un lenguaje coloquial y directo.
Otro acierto: salvo dos pasajeras excepciones, no hay discurso político. Lara va al grano y además se preocupa especialmente por incorporar el detalle sobre la ropa, la apariencia física, la comida, las costumbres, las circunstancias más cotidianas, las rutinas.
Y un acierto más: en su interés de eliminar cualquier asomo de monotonía, Lara no presenta las narraciones como una simple sucesión de acontecimientos, sino que altera el orden cronológico, efectuando retrocesos y adelantos temporales, para ofrecer en cada historia distintos puntos en el tiempo.
En fin: este es un libro necesario para entender de primera mano o voz algo de esta horrible guerra, de la que nadie sale bien parado: ni un Fidel Castro alcahuete de tantas muertes ni ningún general, comandante o activista bélico de cualquier laya y pelaje. Nadie.
Las mujeres en la guerra Patricia Lara Planeta 293 páginas

María Mercedes Carranza
Tomado de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1215766

Enero 31 2001
Este es el título del bello libro de Patricia Lara que acabo de leer. Son 10 historias de vida de mujeres quienes, todas, están viviendo los impactos de la guerra que vive Colombia. Son 10 mujeres, 10 voces que, entre lágrimas y silencios, entre nostalgias y recuerdos, entre rabias y olvidos, entre sueños y realidades, nos cuentan desde horizontes y motivaciones muy distintas, los efectos de la guerra sobre sus vidas.
Encontramos desde una ex guerrillera, una guerrillera activa y una activista de las autodefensas, hasta unas viudas de dirigentes de la izquierda colombiana o del Ejército, una desplazada por los paramilitares y la muy bella y tan simbólica figura para este país de la esposa de un almirante y madre de dos guerrilleros muertos…
No sé si es por el hecho de ser mujer pero este libro me tocó muy hondo y a través de los relatos de estas mujeres y a pesar de no compartir todas las posiciones ideológicas expresadas por algunas de ellas, sentía que este libro logró ir más allá de acuerdos o rechazos ideológicos; logró un retrato del drama colombiano en femenino; nos ubica en lo vivido, en la vida cotidiana, allí mismo donde no hay tiempo de elaborar grandes teorías porque para las mujeres, ante todo, hay que hacer posible la vida.
Para ellas la existencia está hecha de retazos de vida siempre asociados a sentimientos encontrados, a emociones mezcladas, a mucha intensidad vital que resume dolores y felicidades, rabias y perdones. Y tal vez lo que más me impactó fue el encontrar en cada uno de los diez relatos un sentimiento de vacío y frustración con una expresión que se hizo presente en la voz de varias de ellas: no fue lo que esperaba . Todas o casi todas afirman que las armas no les gustan, que no les es posible acostumbrarse a la muerte, que es urgente recapacitar o hallar una solución porque no se puede seguir con tantos dolores, tantas frustraciones y tanto desazón.
Tengo que confesar también que a medida que avanzaba en la lectura de las historias de vida de estas mujeres, me entraba una especie de rabia con los hombres, con los guerreros, sean los de un lado u otro, que se olvidaron, a pesar de sus argumentos cada día menos creíbles, que la vida está en otra parte, que la justicia social y la libertad hoy por hoy no se encontrarán en la punta de un fusil que solo impartirá más muerte y desolación.
Rabia con estos hombres depredadores, estos hombres quienes, desde hace siglos, planean las guerras, deciden las guerras, declaran las guerras, pierden las guerras, mueren en las guerras, creen que las guerras se pueden ganar; muchos de ellos viviendo las guerras como parte de su identidad, como antídoto a su ancestral temor a la castración. Leyendo este libro, no hay manera de dudar de que la guerra es patriarcal, de que la guerra es masculina.
Y mientras tanto ellas soportan las guerras, padecen las guerras, aguantan las guerras; algunas participan y se solidarizan con las guerras y los guerreros pero la mayoría no entiende las guerras, maldice las guerras. Las mujeres siguen sin entender por qué la pregunta por el misterio de dar la vida ha sido opacada a todo lo largo de la filosofía occidental por la fascinación hacia la muerte. La muerte fascina a los hombres de manera demencial.
Las mujeres no logran entender por qué la tradición que hemos heredado de occidente liga tan profundamente a Eros y Thanatos, vida y muerte, pasión y muerte y por qué, hasta en el corazón del amor y del goce, los hombres lograron introducir la muerte. Sé que lo pongo en términos sencillos pero frente a la vida y la muerte, me pregunto a veces si no es lo que nos falta: volver a hablar de ellas desde la piel, desde el cuerpo, desde el dolor, desde impulsos profundos y palabras sencillas como lo hacen estas mujeres entrevistadas por Patricia Lara.
Después de cerrar el libro, sentía que sobre la guerra las mujeres tenían mucho que decir desde otras palabras, desde otras vivencias… Ellas, cada una de ellas, me confirmaron algo que ya sabía pero que no había podido comprobar: me confirmaron que es imposible ganar una guerra porque en las guerras todos y todas seguiremos perdiendo, perdiendo vidas, matando sueños y sembrando desolación… me confirmaron la urgencia de seguir registrando los impactos de las guerras desde la mirada de las mujeres… me confirmaron el valor de las propuestas de vida implícitas en el ejercicio periodístico de Patricia Lara.

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