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Noemí Sanín

Noemí: Un año y tres millones de Votos después

Usted tiene que ser Presidenta, comenzó a decirme de pronto la gente. Yo no había pensado serlo , comenta esta bella abogada de 49 años, ex ministra de comunicaciones, ex canciller, ex presidenta de Colmena, ex embajadora de Samper, ex amiga suya y ex candidata presidencial convencida de que será la próxima gobernante de Colombia y de que romperá con los partidos tradicionales, no obstante que ha sido la niña consentida de presidentes, ministros, embajadores y cacaos.
Nunca he podido declararme satisfecha. Envidio a esas personas que se sienten poderosas, bonitas, importantes o inteligentes , afirma sin que uno sepa si creerle o no a esta mujer que acepta ser obstinada, trabajadora, contradictoria, ambiciosa y calculadora, pero que no reconoce que es insegura a pesar de que dice que ha sufrido pánico escénico y de que confiesa que antes de esta entrevista le rezó al Espíritu Santo para que la iluminara.
Esta paisa consentida del poder, nacida en una familia de 15 hijos, católica y conservadora, que dice que veía al diablo en cada expresión de placer y que luego de siete años de noviazgo se casó con Diego Durán, su primer marido, sin que le hubiera cogido la mano, para después separarse y caer en las redes amorosas de Mario Rubio, con quien lleva 11 años de matrimonio y cuya relación lucha por defender a diario de las amenazas que le significan el estrellato y la política, se levanta a las seis; hace gimnasia; estudia economía, computadores e inglés; atiende gente; almuerza con amigos; organiza mesas redondas en su sede política; departe con su hija, sus hermanos y su padre; vive en apartamento arrendado porque el propio tuvo que venderse para enfrentar la crisis y sueña con gobernar este país porque del poder le gusta la posibilidad que brinda de hacer posible lo imposible.
Vestida por primera vez de color luego de guardarle luto a su madre durante cuatro meses, Noemí Sanín responde esta entrevista para conmemorar su cuasi triunfo electoral y demuestra, al hacerlo, una de sus habilidades características: la de saber tomar distancias en el momento preciso.
Hace un año casi obtuvo tres millones de votos…
Es la mayor votación que ha habido por fuera de la política tradicional. Se rompió el paradigma de que una mujer no era presidenciable. Y no prometimos nada que no fuera viable, como hizo Pastrana, cuya primera propuesta fue disminuir impuestos.
El 43 por ciento cree que usted será la próxima presidenta. Usted lo cree? Sí, y me estoy preparando para ello. Colombia no puede seguir sin norte, presentando planes de desarrollo un año después de la posesión presidencial.
Cómo sería un gobierno suyo? Daría igualdad de oportunidades con apego al derecho al turno. Estimularía las fuerzas de la producción. Tendría menos impuestos. Conjugaría lo macro con lo micro, lo global con lo local, lo cotidiano con lo trascendente. Haría un gobierno donde cupieran todas las fuerzas democráticas y que tuviera claridad, autoridad, equidad y ternura.
Dicen que quiere ser la presidenta de la ruptura.
Pero de la ruptura sin riesgo.
No hay ruptura sino riesgo.
Obviamente se afectarían intereses particulares.
La izquierda legal no se siente cómoda con usted Pregunté a gente de izquierda por qué ven peligro en mí. Porque usted retrasa la revolución , dijeron. Sin embargo, el Establecimiento sabe que no vamos a perpetuar privilegios.
Pero usted les come mucha carreta a López, a Belisario, a todos.
Por Dios! Qué tal que la ruptura significara no abrevar en la experiencia! Les he aprendido mucho, tanto de lo que han hecho bueno como de lo que han hecho malo.
Qué han hecho bueno y malo? Colombia tiene una de las peores concentraciones de riqueza. Hay millón y medio más de pobres que hace cinco años. La clase media se ha empobrecido. No puede haber diferencias tan profundas, sobre todo en la educación: no más educación pobre para los pobres.
Hablemos del proceso de paz.
Pastrana ha ido mucho más lejos de lo que yo hubiera ido. Yo no habría despejado municipios sin reglas de juego previas. Ha sido audaz y perseverante. Serpa no hubiera tenido apoyo político para dar esos pasos.
Se le ha ido la mano? Si conseguimos la paz, no.
Y si no, habría armado una revolución impredecible? Si no, sería muy complicado. La zona de distensión debe ser de reflexión, donde vayan académicos, empresarios, trabajadores, todos, a repensar el país. Me preocupa que se convierta en un paraíso de las Farc porque en él obedecen sus propias reglas, descansan, se preparan y se forman para la guerra. Ya que se aceptó la participación internacional, sería muy importante que se definieran las reglas de las zonas de distensión. Así, las interpretaciones distintas o los abusos de la guerrilla no frustrarían nuevamente la paz.
Si no se definen, las Farc acabarían obteniendo status de beligerancia? Si no se definen, el proceso de paz tendría una espada de Damocles. No entiendo por qué, si las Farc piensan en la paz, se obsesionan con la beligerancia.
En cinco días ha habido hechos graves: el secuestro de Piedad Córdoba, el comunicado amenazante de Carlos Castaño y el peor amago de crisis militar.
Las autodefensas son actores políticos y militares. La dinámica llevará a que así se les reconozca. Pero las amenazas y el chantaje de Castaño son inaceptables. El secuestro de Piedad es cobarde e injusto. Castaño le garantizó su vida, pero la libertad es igualmente valiosa. Y en cuanto a la crisis militar, el Presidente superó la coyuntura, pero la crisis es muy honda: no se puede seguir adelantando el proceso de paz a espaldas de las Fuerzas Armadas. Lloreda fue un gran ministro: no merecía ese trato.
Parece que el Eln sí quiere la paz. El Gobierno se equivoca al darle tratamiento de segunda? Tanto el Gobierno como el Eln se han equivocado. El Eln quiso hacer la paz sin el Gobierno. Y este le ha dado un trato asimétrico a las Farc y al Eln. Esto puede ser injusto y provocador. Recordemos el secuestro del avión… anunciado. Sueño con que haya una reunión entre Pastrana y Gabino. Al Eln hay que darle el mismo trato que a las Farc.
Será que el Gobierno cree que la paz con el Eln es samperista? La polarización nos impide hacer consensos en todos los campos.
Pastrana la ha tratado menos bien que a Serpa: nombró a María Emma y a un representante del vicepresidente Bell negociadores con las Farc. Pero no incluyó a Mockus o a otro cercano a usted.
Siempre le he dicho sí a Colombia: el Presidente me invitó a participar en la Comisión de Relaciones Exteriores, a hablar de reforma política, de paz, y siempre fui. No entiendo por qué, en la negociación, no tuvo en cuenta a la academia, a Mockus, o a alguien que no perteneciera a la política tradicional.
Cómo ve al Gobierno? De bombero, dedicado a apagar incendios. No resuelve problemas estructurales sino coyunturales. Hay que aliviar en serio a la pequeña y mediana empresa. De nada sirve arreglar los problemas del sector financiero si no se solucionan los del real. No defendemos la posición fiscalista. A más impuestos no hay más recaudos. Tantos impuestos van a deprimir más la economía. Invito al Gobierno a que adelante, sin prejuicios políticos, un gran acuerdo nacional de productividad y empleo, no solo con los grandes grupos sino también con los medianos y pequeños empresarios, los sindicalistas y todos nosotros.
Qué opina de que antes del primer año la popularidad de Pastrana esté por debajo de la peor de Samper? Si Pastrana asumiera la reactivación económica y la gente encontrara respuesta a sus angustias diarias, cambiaría el panorama. La paz es una prioridad. Pero el empleo también. Y las cuotas del upac. Y los servicios públicos. Y la imposibilidad del 30 por ciento de los padres de pagar las pensiones de sus hijos. A eso hay que darle respuesta sin esperar a hacer la paz. El problema del gobierno es que se preparó para ganar, pero no para gobernar.
Qué le suscita Pastrana? Admiración por su perseverancia y audacia en el tema de la paz. Pero preocupa su falta de búsqueda de soluciones estructurales. Pastrana tiene una tendencia a aislarse. Eso, en el momento que vive Colombia, es peligroso.
Y Serpa? Tiene palabra. Es leal, inteligente. Pero es anticuado y comprometido con la visión tradicional de la política.
Y Samper? Es inteligente, hábil, estudioso, tiene un compromiso social. Pero le pasó lo que al país: le falló la frontera de los principios.
No le perdona que no le hubiera dicho que iba a renunciar a la embajada en Londres? Le envié mi carta y le pedí a su secretaria que le preguntara si podíamos hablar. Pero no me pasó al teléfono.
Su renuncia fue oportunista? Sería oportunista si hubiera permanecido en el Gobierno porque no compartía lo que había pasado. Y con mi permanencia, habría premiado a Samper.
Entonces cree que Samper sí sabía? Por eso renuncié.

Patricia Lara Salive

Enero 31de 2025

Paz y salvo de salud mental para candidatos a presidente

Es claro que todo el que aspire a ser presidente de este país ingobernable debe tener en la cabeza una tuerca medio suelta. Por ello es tan brillante la ocurrencia del escritor Ricardo Silva sobre que en Colombia nos falta crear el cargo de psiquiatra general de la nación. Sería el empleo más importante de todos. Y ese funcionario, que debería manejar una entidad que se llamara Psiquiatría General de la Nación, tendría que tener una dependencia que se ocupara de expedir unas especies de paz y salvos sicológicos para quienes quisieran participar en las elecciones como candidatos presidenciales. Ese paz y salvo debería ser un requisito obligatorio para poder ser elegido primer mandatario.

Lo anterior, que puede sonar a chiste, nos ahorraría múltiples inconvenientes. Y si esa norma la adoptaran los otros países, también se le ahorrarían las peores desgracias a la humanidad, por ejemplo, la de haber sido empujada por un demente como Hitler a una guerra que le dejó un saldo de casi cincuenta millones de muertos. Y, a lo mejor, igualmente habría evitado que subiera al poder de la primera potencia del mundo un peligroso narcisista que carece de límites y que puede a llevar a la tierra, entre otras desgracias, a que se precipite el apocalipsis que, a este paso, mucho más temprano que tarde, generará el cambio climático: el cálculo es que, si seguimos como vamos, para 2030, la temperatura del planeta ya habrá pasado ese punto de no retorno que nos llevará al desastre.

Pero volvamos a Colombia. El gravísimo incidente ocurrido este fin de semana con Estados Unidos, cuyas consecuencias no están del todo solucionadas (los colombianos que viajan allá siguen siendo sometidos a requisas largas y molestas), tiene que demostrarle al presidente Petro que las relaciones exteriores del país no pueden manejarse a punta de trinos. El presidente tiene razón en que a los colombianos –y a los demás habitantes del mundo– debe garantizárseles un trato digno y que sus derechos no pueden ser violados. Pero esos temas deben ser tratados por los canales diplomáticos. Y si es cierto, como parece que lo es, que ya el gobierno colombiano había autorizado el vuelo del avión americano que traía a los deportados, el presidente no podía, a las tres de la mañana ni a ninguna otra hora, escribir un primer trino en el que decía que los colombianos debían ser recibidos con flores, y con 40 minutos de diferencia escribir otro en el que afirmaba que no autorizaba el aterrizaje en Colombia de ese avión que ya venía en vuelo.

Y, claro, esa reacción de nuestro presidente generó una respuesta desmedida, abusiva y peligrosa de parte de su homólogo estadounidense la cual, si se hubiera llevado a cabo, habría creado un terrible impacto económico en el país. Y para evitar semejante debacle, a los diplomáticos colombianos no les quedó más remedio que dar marcha atrás y recibir a los deportados colombianos a quienes, por lo demás, no podía negárseles la entrada a su patria.

No, presidente. Ya es hora de que se dé cuenta de que tiene que cambiar de métodos.

Nota. Esta semana se le rindió un sentido homenaje a Patricia Castaño, documentalista y pionera de importantes proyectos culturales, quien fue condecorada por el alcalde Carlos Fernando Galán con la Orden Civil al Mérito. Un abrazo estrecho de felicitación a esta mujer que lo merece todo.

Patricia Lara Salive

Enero 24 de 2025​

No deje que la tragedia se repita, presidente

Siento tristeza al escribir esta columna. Yo he sido una convencida de la necesidad de negociar la paz. He apoyado todos esos procesos. Desde 1999 he pertenecido a la Comisión Facilitadora del Proceso con el ELN. Pero para hacer la paz se necesitan dos. Y, definitivamente, los hechos han demostrado que el actual ELN no quiere hacer la paz. Tristemente, creo que no hay nada qué hacer, por lo menos mientras continúen los mismos mandos.

De modo que la decisión que acaba de tomar la fiscal general, Luz Adriana Camargo, de reactivar las órdenes de captura contra los 31 voceros del ELN en las mesas de diálogos de paz, incluidos los miembros del COCE Antonio García y Pablo Beltrán, no solo es acertada sino que debe cambiar rotundamente las relaciones entre el gobierno y el ELN y debe llevar a otra acción inmediata de parte del presidente Petro: solicitarle al gobierno de Maduro la extradición a Colombia de Antonio García y demás dirigentes y miembros del ELN que se encuentran en territorio venezolano.

Ya se acabaron las disculpas: después de los 60 u 80 o quién sabe cuántos asesinatos, muchos de ellos firmantes de paz, más los veinte o treinta mil desplazamientos que el ELN ha ocasionado en Catatumbo en una semana, más todo lo demás, no hay vuelta atrás. El presidente suspendió el proceso de paz con el ELN y, según el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, “el ELN ha botado a la caneca de la basura una vez más, y diría que de forma definitiva, la posibilidad de construir la paz en Colombia”. Es decir que el proceso de paz con el ELN se acabó. Por lo tanto, no hay justificación alguna para que Venezuela albergue a sus jefes y a sus bases y les ofrezca una cómoda retaguardia.

Y si existen protocolos que les impidan a los países garantes entregar a los jefes del ELN, deben deshacerse las cosas como se hicieron porque Colombia no puede seguir tolerando que esos salvajes se protejan en Venezuela, pasen a pie o a nado la frontera, asesinen a cuantos quieran, y regresen a sus casas como Pedro por su casa.

La gente del Catatumbo, y de las otras zonas afectadas por la pelea sangrienta de los grupos violentos (Cauca, Norte del Valle, Bajo Caguán, Chocó, Cesar), y los colombianos en general, necesitamos sentir que hay un estado que nos protege, y no que cada vez estamos más en manos de unas bandas criminales sin control que parece que le están ganando la pelea al Estado.

Como sostuvo en su pronunciamiento Aliadas, una asociación que agrupa a 32 de las principales asociaciones y gremios del país, “la Fuerza Pública no puede ser un actor expectante o un simple mediador; su papel debe ser el de garantizar la seguridad y enfrentar con firmeza a los grupos criminales que hoy desafían la estabilidad del país. La inacción no es una opción cuando la vida de miles de colombianos está en juego”.

Es que es inaudito que, en noviembre pasado, mediante una alerta temprana, la Defensoría del Pueblo vaticinara que, en el Catatumbo, se produciría una escalada de violencia debido a los enfrentamientos entre el ELN y una facción de las disidencias, el gobierno no haya tomado medidas preventivas, ahora estemos lamentando semejante tragedia y, encima de todo, el presidente diga que no sabe por dónde entraron ese montón de hombres armados.

Y lo más grave es que lo mismo puede ocurrir en el Norte del Valle, el Bajo Caguán, Quibdó y Cesar, territorios que también han sido advertidos.

Por favor, presidente, no deje que la tragedia se repita.

www.patricialarasalive.com

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