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Hoy es el día

  • Foto del escritor: Patricia Lara Salive
    Patricia Lara Salive
  • 26 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

¡Hoy es el día de gritar “No más”! ¡No más atentados contra mujeres, madres la mayoría, que han tenido el valor de defender a sus comunidades del robo de tierras, de la corrupción política, de la minería ilegal; que han promovido la sustitución de los cultivos de coca! ¡No más asesinatos a líderes sociales! ¡No más huérfanos!

Hoy es el día de salir a la calle, a las cinco de la tarde, para gritar a favor de la vida e invitar con contundencia al presidente Iván Duque a que priorice esta situación, como acción fundamental de su gobierno, pues debe ponerle fin a la matazón de líderes sociales y excombatientes que han optado por la paz. En su discurso del 20 de julio, él apenas mencionó el tema. Y lo hizo apoyado en generalidades.

 

Y no es tan difícil detener el genocidio, si se tiene la voluntad política de hacerlo, porque esa violencia atroz está concentrada en unas pocas regiones. Según cifras de la Defensoría del Pueblo, el 80 % de los homicidios se ha presentado en municipios advertidos como potenciales escenarios de violencia según las alertas tempranas. Y los asesinatos se han producido solo en 99 de los 1.122 municipios que hay en Colombia. ¿Entonces por qué el presidente Duque no ordena concentrar la acción y la presencia del Estado en esos municipios?

Pero ocurre que a esos lugares casi nunca va un gobernador; en ellos la Policía es escasa y, lo que es peor, allá la población tiene la sensación de que las autoridades locales están cooptadas por las bandas criminales y los grupos armados.

 

Además hay otro problema grave: el presidente y su Gobierno parecen tener un diagnóstico errado de la situación, porque dan a entender que a los líderes sociales los están matando los grupos armados. Y eso no es sino parcialmente cierto: según el investigador Ariel Ávila, si bien el 30 % de esos asesinatos los cometen grupos armados y miembros de las disidencias, el 70 % los han perpetrado autores particulares; es decir, sicarios contratados para matar a los líderes.

Así que las respuestas que deben darnos cuanto antes el presidente y su Gobierno son: ¿quién está contratando a los sicarios? ¿Quién está mandando a matar a los líderes sociales? Hasta ahora, que se sepa, no han descubierto a un solo autor intelectual de alguno de esos asesinatos. ¡Y eso es una vergüenza!

De modo que salir a marchar hoy es fundamental: no podemos preferir quedarnos en casa por más lluvia o frío que haya. Tenemos que salir... No podemos dejar pasar esta oportunidad de demostrarles a los violentos que el país no tolera su violencia ni está dispuesto a dejarse arrebatar la paz; no podemos dejar pasar esta circunstancia para decirle al presidente que percibimos su pasividad ante la muerte de exguerrilleros y líderes sociales, y que le exigimos que actúe y defienda la vida de esas personas, como se lo ordena la Constitución. No podemos desaprovechar este 26 de julio para convidar a Iván Duque a que se una con su Gobierno a esta causa, la de parar la guerra, y la de gritar “no más”, un “no más” que se escuche en todos los rincones del país, porque lo peor que le puede pasar a Colombia, y a él como presidente, es que en estos tres años que le quedan de mandato, en lugar de consolidarse la paz, regrese la guerra.

 

Nos vemos a las cinco de la tarde de hoy, para marchar desde el Centro de Memoria Histórica (calle 26 con carrera 19B) y gritar: ¡no más muerte! ¡No más!

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