La resurrección de Fajardo
- Patricia Lara Salive
- 6 abr 2018
- 3 Min. de lectura
La última encuesta, realizada por el Centro Nacional de Consultoría para el noticiero CM& y publicada el martes, muestra que el centro sí tiene posibilidades de pasar a la segunda vuelta. Y si llega a ella, muy probablemente ganaría.
No obstante que otros medios titularon “Duque se mantiene adelante en las encuestas,” lo que hay que destacar del estudio es que, por una parte, el candidato de la extrema derecha se desplomó, y perdió seis puntos, al pasar de una intención de voto del 42% que tenía el 22 de marzo a una del 36% que obtuvo el 3 de abril; que Petro, de la izquierda radical, bajó cuatro puntos, al caer del 26 % que reflejaba el 22 de marzo al 22% que mostró el 3 de abril; que Vargas Lleras, de la derecha, se mantuvo estable en el 6%; y, por otra parte, que los candidatos de centro subieron: Humberto de la Calle creció dos puntos, al ascender del 2% al 4%, y Fajardo se trepó cuatro, al saltar del 13% al 17%. Es decir que, sumados los dos candidatos del centro, estarían a un punto de Petro, lo que significa un empate con él si se considera el margen de error.
Es muy importante destacar este hecho porque apunta a que empezó a surgir un electorado dispuesto a votar por convicción, en vez de votar arrastrado por el miedo a Petro, o al fantasma sin pies ni cabeza del castrochavismo, o a que vuelva a gobernarnos el expresidente Uribe a través del muchacho que consiguió para ello.
Y no hay que desfallecer: ahora que se esfumó la alianza entre los dos candidatos de centro, Fajardo y De la Calle, porque el Partido Liberal no esperó a que el Consejo Nacional Electoral respondiera la pregunta que le hizo De la Calle sobre si podía ir a una consulta interpartidista y se apresuró a establecer que el liberalismo llegaría solo con su candidato a la primera vuelta, lo cual es un disparate porque significa que, así, lo lleva derechito al matadero para después negociar a muy buen precio sus apoyos en la segunda vuelta (¡qué vergüenza!), hay que apoyar decididamente al candidato de centro que tiene y que ha tenido más posibilidades de pasar a la segunda vuelta, esto es, Sergio Fajardo. Además, una presidencia de Fajardo le haría un gran bien al país: generaría un cambio de chip, se dedicaría a consolidar los valores, a derrotar la corrupción, a cumplir los acuerdo de paz y a pasar la página del conflicto armado para que ya no predominen las noticias sobre los guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y corruptos, sino que el país comience a identificarse con los maestros, con los científicos, con los artistas, con los emprendedores y con los intelectuales. Acabar la corrupción, expandir la educación para todos, cumplir los acuerdos de paz, consolidar los valores y poner a Colombia a marchar en torno a un proyecto común es lo que el país necesita. Y eso es, justamente, lo que haría Fajardo.
Les recomiendo el libro Los pretendientes de la Casa de Nariño de María Fernanda González, doctora en ciencia política de la Universidad de la Sorbona. Al leerlo podrán comparar las biografías y realizaciones de cada candidato y darse cuenta de cuáles son, en verdad, sus posiciones: en ese análisis descubrirán, por ejemplo, que Petro nunca ha defendido el régimen de Maduro, que Duque no ha hablado de castrochavismo y que, a pesar de que no lo dice explícitamente, es un hecho que va a hacer trizas los acuerdos de paz… El de María Fernanda González es un libro que, ahora, vale la pena leer.
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