Renuncie, señor fiscal
- Patricia Lara Salive
- 7 dic 2018
- 3 Min. de lectura
“Vas a ver que se van a inventar otro escándalo para tapar este”, le dije a mi hijo cuando estalló la bomba de las grabaciones que les entregó a los medios, antes de su muerte, Jorge Enrique Pizano, en las que quedaba claro que el fiscal Néstor Humberto Martínez, siendo abogado de Luis Carlos Sarmiento, sabía desde meses antes de ser fiscal que miles de millones habían sido desviados de forma torcida por el consorcio conformado por Odebrecht y Corficolombiana, empresa de Sarmiento, y que siendo fiscal sólo actuó cuando el escándalo fue revelado por las autoridades gringas.
Pues fabricaron el escándalo con el grotesco video del opositor Gustavo Petro recibiendo fajos de billetes de un antiguo amigo y colaborador. Y le hicieron daño a Petro aunque, al parecer, ahí no hay delito.
Y todo lo montaron para dejar intacto el tema de fondo: las inhabilidades del fiscal general para ejercer su cargo de manera idónea, por los múltiples conflictos de intereses que lleva a cuestas, y que no se solucionan nombrando a un fiscal ad hoc para tres casos, pues el fiscal general y sus subalternos están impedidos para actuar en muchos más: por ejemplo, en las decenas de pleitos que involucran a Odebrecht, en el de la muerte del hijo de Pizano, en el de Carlos Mattos y en el del exdirector de la Agencia Nacional de Infraestructura Luis Fernando Andrade, a quien el fiscal, en un delirio paranoide, acusó de ser un conspirador en su contra, en compañía de su esposa norteamericana y del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, primo de Andrade.
A todas estas, la bancada del Gobierno y sus afines sabotearon el martes la continuación del debate contra el fiscal, y demostraron así que el Gobierno y sus amigos lo que tienen es un fiscal de bolsillo.
Siempre he considerado que NHM es un abogado brillante. Pero ahora se le están yendo las luces y, tal vez, el uso que le está dando a la Fiscalía para salvaguardar sus intereses le está impidiendo ver que lo mejor que puede hacer en beneficio de su dignidad es renunciar: su renuncia ya la han pedido varios periodistas y dos connotados juristas: por una parte, el profesor Rodrigo Uprimny considera que “sobre el fiscal general no pueden recaer dudas de comportamientos indebidos”. Y agrega: “hoy sufrimos un déficit de fiscal, que no se remedia con un fiscal ad hoc para ciertos casos. Tendría que ser un fiscal ad hoc para todos los casos de la Fiscalía, esto es, un nuevo fiscal general”. Y el exministro de Justicia Yesid Reyes se pregunta: “¿para qué sirve la figura del fiscal ad hoc? Para solucionarle a Martínez un problema que solo él creó con sus conflictos de intereses y, de esa manera, permitirle continuar en su cargo. Todo este enredo tiene una salida jurídica mucho más simple: la renuncia del fiscal general”.
Y el procurador Fernando Carrillo propone que se cree una Fiscalía ad hocen la que los fiscales e investigadores no dependan de NHM, es decir, que en la práctica se cree una Fiscalía paralela, con los costos que ello implica.
¿No es mejor tanto para NHM, quien perdió la credibilidad como fiscal, como para la institución que renuncie y se nombre un nuevo fiscal general, sin tantos conflictos de intereses como los que tiene NHM, que le harían la vida invivible, tanto a él como al país, durante el año y medio que le resta en el cargo?
Piénselo, doctor Martínez.
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Imperdible el documental La negociación. Lo presentan esta semana en Cinema Paraíso.
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