Se le dijo, se le advirtió…
- Patricia Lara Salive
- 15 mar 2019
- 3 Min. de lectura
El presidente Duque logró lo impensable: con sus objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP no sólo unificó a la oposición, que nombró como vocera a la parlamentaria del Partido Verde Juanita Goebertus, sino que también unió a los excandidatos Sergio Fajardo, Humberto de la Calle y Gustavo Petro, quienes, si se hubieran aliado antes, hubieran derrotado a Duque en primera vuelta.
Los tres —además de casi 150.000 personas entre las cuales hay miembros de los dos equipos negociadores de paz y de la recién nombrada Misión de Sabios, exministros, congresistas, escritores, exrectores universitarios, académicos, periodistas, juristas, artistas, economistas, empresarios, líderes sociales, generales retirados y hasta un arzobispo— firmaron la carta dirigida al secretario general de Naciones Unidas en la que, entre otras cosas, dicen:
1. Que a pesar del apoyo dado a la Justicia Especial para la Paz (JEP) por la ONU y por la Corte Penal Internacional, el Gobierno de Duque “persiste en formular nuevos obstáculos”, como es el conjunto de objeciones que presentó a la ley, no obstante que ella “ya fue objeto de control por parte de la Corte Constitucional”.
2. Que “buena parte de las objeciones (…) están orientadas a desconocer decisiones que la Corte Constitucional tomó”.
3. Que el anuncio del Gobierno no solo supone “una variación unilateral del Acuerdo de Paz, sino el desconocimiento de las normas constitucionales que consagran los principios fundamentales que deben regir el funcionamiento de la JEP”.
4. Que para que la JEP logre hacer justicia “debe contar con todas las herramientas institucionales, financieras y legales que necesite de acuerdo con la envergadura de su tarea”.
5. Que “de no ser así, habría riesgos para el pleno ejercicio de sus competencias” y que la falta de herramientas jurídicas podría favorecer la impunidad y limitar “la garantía de los derechos de las víctimas”.
En todos esos puntos están de acuerdo los firmantes de la carta, que fácilmente representan a cerca del 60 % de los votantes de la primera vuelta presidencial, y que le piden a la ONU que esté atenta. Además, le envían copia de la carta al Consejo de Seguridad de la ONU y a la fiscal de la Corte Penal Internacional.
Pero falta más: ya el Partido Liberal en pleno dijo que negará las objeciones de Duque. Y por ese camino va buena parte del Partido de la U. Y, muy probablemente, esa ruta también la tome Cambio Radical que, con su pragmatismo, mal haría en echarse encima a la mayoría del país.
Y en la visita del canciller al secretario general de la ONU para explicarle las objeciones, aquel recibió un baldado de agua fría porque Guterres destacó la importancia de la JEP y “reiteró las preocupaciones expresadas anteriormente por la ONU con respecto a la incertidumbre en torno a la adopción de la Ley Estatutaria”.
Y todavía quedan por verse las acciones que pueda tomar la Corte Penal Internacional, las derrotas que sufra el Gobierno en el Congreso y en la Corte Constitucional y las movilizaciones populares que ya comenzaron. Y para este lunes 18 se anuncia una gran manifestación. Y el malestar y las protestas continuarán…
Y todo ese caos, ¿para qué?
Sólo para que Duque, el presidente que decía que iba a unir al país, pueda dividirlo para complacer al presidente eterno...
Nota. ¡Qué falta nos va a hacer Gloria Zea a sus amigos, a su familia y a la cultura para la cual trabajó hasta el final de sus días! Para sus hijos, mi abrazo de condolencia. Paz en su tumba.
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