top of page

¿Ad portas de un acuerdo sobre lo fundamental?

  • Foto del escritor: Patricia Lara Salive
    Patricia Lara Salive
  • 5 abr 2019
  • 3 Min. de lectura

Que Germán Vargas Lleras, César Gaviria y Aurelio Iragorri, jefes de los partidos Cambio Radical, Liberal y de la U, asuman una posición vertical como bancada y como personas que respetan el Estado de derecho, en contra de las objeciones presentadas por el presidente Duque a la Ley Estatutaria de la JEP, es un hecho político que genera optimismo sobre la posibilidad de que esos dirigentes, que tienen la mayoría del Congreso en alianza con la oposición, enderecen el rumbo violento, torcido y peligroso que está tomando este país que en mala hora cayó en manos de un improvisado presidente del Centro Democrático, que está enrutando de nuevo a Colombia por el atroz camino de la guerra.

¡Felicitaciones a los tres! Todos ellos han sido víctimas del conflicto. Igual que lo han sido otros que trabajan por la misma causa, como el senador Iván Cepeda y el exministro Juan Fernando Cristo; el uno, dirigente del Polo Democrático, y el otro, líder del movimiento En Marcha, disidente del Partido Liberal. Y hay otros como el senador Antanas Mockus y la representante Juanita Goebertus, miembros del Partido Verde, que trabajan de la mano de los miembros del Polo, de la Unión Patriótica, de Colombia Humana, del partido FARC, de Cambio Radical, del Partido de la U y del Partido Liberal para sacar adelante el mismo propósito: hundir las objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP con el fin de que ella pueda marchar por fin a todo vapor y sin más zancadillas.

Y de esa alianza tan significativa, esos jefes políticos que representan cerca del 80 % del Congreso podrían fácilmente pasar a comprometerse con algo más amplio que, de hecho, ya los tiene reunidos: sacar adelante el Acuerdo de Paz, ponerle vapor a la tarea legislativa que aún queda por hacerse, especialmente en lo relacionado con la reforma rural integral, consolidar la paz y volver a convertirla en un propósito nacional.

Entonces habríamos llegado a lo que el dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado (q.e.p.d.) llamaba un acuerdo sobre lo fundamental, que en este caso comenzaría con un punto básico: que las partes del tratado, por un lado el Estado como un todo (incluidos el Congreso, las Cortes y el Gobierno), y por otro las Farc, se unen en el propósito sincero de no ponerle conejo al Acuerdo de Paz.

En ese instante, Colombia habría dado un salto adelante, porque comenzaría a sentirse más la paz en los territorios, ya que los desmovilizados recobrarían la confianza; se les daría empuje a puntos del Acuerdo, como la sustitución de cultivos ilícitos, indispensable para que haya paz; los loquitos guerreristas se quedarían peleando solos, sin eco y sin fuerza, y se desdibujaría esa polarización que nos tiene atrapados y que neutraliza y estanca al país.

Por eso es tan interesante la iniciativa de los exministros Cristo y Guillermo Rivera y del senador Cepeda de crear el grupo Defendamos la Paz: ya hay capítulos en varias regiones, y participamos, unidos en torno a nuestro acuerdo sobre lo fundamental —defender la paz—, congresistas de los partidos Cambio Radical, Liberal, la U, Polo Democrático (el senador Robledo incluido), Verde, FARC, movimiento Colombia Humana, exgenerales, obispos, indígenas, sindicalistas, líderes sociales, artistas, columnistas, en fin, una miscelánea que, si se mantiene unida, endereza el país.

¡Bienvenida esa alianza!

Vamos bien: Defendamos la Paz.

Nota. Por vacaciones, esta columna reaparecerá el 26 de abril

Entradas recientes

Ver todo
Una noticia buena

Mientras avanza el más absurdo paro general convocado por el Gobierno contra el Congreso por hundir la consulta popular para someter a...

 
 
 
No matemos la música

En medio de esta insoportable peleadera de todos contra todos, sumergidos en esta incapacidad de lograr consensos mínimos para poner al...

 
 
 

Comments


  • Twitter
bottom of page