Freno al ESMAD
- Patricia Lara Salive
- 15 dic 2019
- 3 Min. de lectura
Cada vez es más evidente que quienes comandan el ESMAD están permitiendo que miembros de esa entidad, necesaria para el control de disturbios, desconozcan los protocolos y actúen por fuera de la ley, propiciando, así, que la población empiece a desconfiar de esa institución.
Si no fuera así, ¿cómo se explica no sólo la muerte del joven manifestante Dilan Cruz, considerada un homicidio por Medicina Legal, sino también lo ocurrido en Bogotá el martes, justo cuando se conmemoraba el día de los derechos humanos? Esa noche, la joven María Fernanda Ramírez, quien protestaba pacíficamente con un grupo frente a la Universidad Nacional, fue sacada en medio de un procedimiento del ESMAD e introducida, a la fuerza, en un carro sin placa oficial, del que se supo después que pertenecía a la Policía.
Ante los gritos de la muchacha, un señor grabó lo que ocurría, se montó en su carro, persiguió el vehículo en que iba ella, a través de la ventana le reclamó al policía por lo que estaba haciendo, pitó, insistió, y luego de recorrer varias cuadras, el carro se detuvo, María Fernanda descendió en lágrimas y el vehículo de la Policía arrancó a toda velocidad.
Algo parecido ocurrió con otro joven que también fue liberado después. Según le dijo a CitiTV Isabel Fajardo, presidenta de la Red Popular de Derechos Humanos, el muchacho “tiene un estado complicado de salud y lesiones en la cabeza”.
A todas estas, el Comandante de la Policía Metropolitana, Hoover Penilla, dijo que el objetivo final era trasladar a la joven para “identificarla y determinar el motivo de su participación dentro del bloqueo” de la carrera 30. Para Penilla, el operativo fue lícito, pero reconoció una “falla en el procedimiento” debido a que la “presión ciudadana” llevó a los uniformados a interrumpir el operativo. Es decir que, para él, lo que estuvo mal fue que liberaran a la muchacha, cuando es evidente, como dijo el analista Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, que esa retención “es ilegal” porque “no se puede subir a ninguna persona capturada a esos vehículos. Para eso hay carros autorizados”.
Penilla se quejó de que “la Policía se ha visto presionada por niveles de susceptibilidad muy altos” y “en las últimas semanas se ha puesto un interrogante sobre todos los procedimientos de la Policía”.
Pero ¿cómo no va a ser así después de los atropellos que hemos visto que ha cometido el ESMAD?
Es que esos no son los únicos hechos censurables. En estos días de paro, la mayoría vimos por las redes sociales múltiples videos de miembros del ESMAD disolviendo manifestaciones pacíficas a punta de gases lacrimógenos y de armas del estilo de la que mató a Dilan Cruz, actitud que provocó a los manifestantes quienes, en ocasiones, de manera muy censurable también, respondieron violentamente e hirieron de gravedad a varios policías.
Los ánimos se han exaltado. Y se seguirán exaltando si el Presidente Duque, a quien no se le ha escuchado una sola reflexión de autocrítica, sigue haciéndose el loco o justificando lo injustificable. Esta semana no más, luego de sucedido el episodio de María Fernanda, Duque hizo en Cali una férrea defensa del ESMAD, agregó que es una institución que "protege a los ciudadanos" y no dijo una palabra del atropello contra la joven.
¡Ojo! Si Duque continúa sordo, insensible y ciego, las protestas irán en aumento… Y su popularidad seguirá cayendo en picada.
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