Hablando de cosas buenas
- Patricia Lara Salive
- 17 dic 2021
- 3 Min. de lectura
Para hablar de cosas buenas, les cuento que Villegas Editores presentó este año una selección de libros preciosos, de esos que vale la pena tener y mirar de vez en cuando. Uno es Tierra colombiana, del fotógrafo documentalista Santiago Harker, con un prólogo del escritor Juan Esteban Constaín que acompaña esas imágenes extraordinarias que el ojo mágico de Harker sabe captar: la Sierra Nevada de Santa Marta, la del Cocuy, el nevado del Ruiz, la laguna de Otún, el cañón del Gualí, en fin, fotos de ese país bonito que todos debiéramos conocer. Otro es Paraísos de Colombia, un libro con magníficos textos y fotografías de Andrés Hurtado García, fruto, como él dice, de su “pasión por Colombia” y su conocimiento del país, porque, como afirma, él es graduado “summa cum laude en caminos”. ¡Gran libro, apreciado Andrés!
Pero también hay dos libros para leer. Ciudad, igualdad, felicidad, del exalcalde Enrique Peñalosa, plantea que en una ciudad debe buscarse la felicidad a base de construir la igualdad, de modo que nadie se sienta inferior o excluido. Memorias, de Pedro Gómez Barrero, es un texto donde cuenta su vida este empresario hecho a pulso, oriundo de Cucunubá, quien tras superar dificultades se convirtió en líder del desarrollo urbanístico del país.
Hay dos libros para consultar. Uno es 200 años de república, escrito por el historiador Fabio Zambrano y el jurista Manuel José Cepeda, una obra ilustrada en dos tomos: el primero, sobre la Constitución de Villa del Rosario de Cúcuta, de 1821, que dio nacimiento a la Gran Colombia y fue sancionada cuando aún no había concluido la guerra de la Independencia; el segundo, sobre la Constitución de 1991, que nos rige actualmente. El otro libro es Corte Constitucional de Colombia, ilustrado también, que incluye textos del magistrado Alberto Rojas Ríos, el expresidente César Gaviria, los juristas Rodrigo Uprimny, Karena Caselles y Jorge Enrique Ibáñez, y del editor Benjamín Villegas.
Además de otros libros como En busca del origen (Felipe Guhl), Iglesia de San Ignacio III. Pintura colonial e Historias del clavel, hay uno para deleitarse que viene muy bien en esta época festiva: Mis recetas favoritas de Navidad, de María Villegas, que trae esos deliciosos platos que ella, de manera fácil, nos enseña a hacer: la milhoja de queso gruyer, el pavo relleno de peras y nueces, el pescado a la sal, el ponqué de ciruelas y las galletas de limón y flores, entre otros manjares para chuparse los dedos en esta Navidad.
Y para hablar de otra cosa buena, aunque de origen aterrador e inaceptable, quiero felicitar al general en retiro Paulino Coronado Gámez, excomandante de la Brigada 30 del Ejército, con sede en Cúcuta, por haber tenido el valor no solo de reconocer ante la JEP, sin rodeos, su responsabilidad por la muerte de 55 personas y la desaparición de otras más, sino por atreverse a decir: “Les hago un llamado a los líderes del país para que asuman los errores que hemos cometido por omisión de nuestra condición de garantes (y) por darle la espalda a la realidad, pensando que, si no lo vimos o no dimos la orden, no es de nuestra incumbencia”.
¡Claro que es de su incumbencia, señores! Si, además de los guerrilleros y paramilitares, todos los militares, políticos y empresarios involucrados en el conflicto aceptaran de frente su responsabilidad y les pidieran perdón a sus víctimas, como lo hizo el general Coronado, pasaríamos la página y Colombia, por fin, marcharía hacia adelante.
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