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Ante el tsunami de Trump

  • Foto del escritor: Patricia Lara Salive
    Patricia Lara Salive
  • 3 feb 2017
  • 3 Min. de lectura

A propósito de la embestida del presidente Trump contra México, circula vía WhatsApp un video que, con el sonido de fondo de un mariachi que interpreta el Son de la Negra (“negrita de mis pesares/ ojos de papel volando,/ a todos diles que sí,/ pero no les digas cuándo;”), y con una sucesión de preciosos paisajes de México y de letreros que dicen, por ejemplo, “si queremos rescatar al hermoso país tenemos que unirnos”, indica lo que tenemos que hacer:

Simplemente, decirles adiós a Disney World, Nueva York, Miami, Las Vegas, California y, en cambio, visitar Ciudad de México, Cancún, Los Cabos, Puerto Vallarta y Acapulco; dejar de comprar carros Ford, Chevrolet y Chrysler, y preferir los Toyota, Nissan, Audi, Honda, Mazda, BMW y Kia; no volver a Starbucks, Mc Donalds, Burger King y Home Depot (su propietario dijo que apoyaba a Trump para que levantara el muro), y comer tacos, tortillas y guacamole; cambiar el whiskey por el tequila; no comprar en las tiendas de alimentos gringos sino en los mercados de la esquina; olvidarnos de su Papá Noel y adoptar nuestro pesebre; en resumen, no consumir nada “made in U.S.A”, sino comprar lo hecho en México, o mejor, lo hecho en Colombia, o en cualquier país de América Latina.

Como decía el magnate Carlos Slim, ante las absurdas medidas de Trump contra México, la única alternativa es fortalecer el mercado interno. Nos toca hacer eso, además de estrechar las alianzas entre los países latinoamericanos y acercarnos más a Europa y a Asia. Porque al paso que vamos, el muro que Trump pretende construir a lo largo de la frontera entre EE. UU. y México bien puede convertirse en un muro entre EE. UU. y el mundo, con la curiosa excepción de Rusia.

Por ejemplo, es muy diciente la circular que a fines de la semana pasada les envió la Universidad de Harvard a todos sus estudiantes extranjeros. En ella les advirtió que la orden ejecutiva de Trump prohibiendo el ingreso y reingreso a EE. UU. a los oriundos de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemén “contempla que nuevos países puedan adicionarse a la lista. Por ello, les dijo: “dada la posibilidad de que ocurran cambios en la políticas gubernamentales que puedan entrar en efecto de inmediato, todos los extranjeros deben evaluar cuidadosamente si realmente vale la pena correr el riesgo de viajar fuera del país”. Y en caso de que tengan que salir del territorio, la Universidad les sugirió que le informen su itinerario y que, si no son readmitidos en EE. UU., de inmediato se lo hagan saber a Harvard para que les brinde la asistencia que requieran.

El peligro de que lo que empezó como una cacería contra musulmanes y mexicanos se extienda a los colombianos es grande, dado el aumento de los cultivos de coca en el país y el hecho de que las Farc no han sido excluidas de la lista de terroristas y ya están cobijadas por el proceso de paz. Si la sustitución de cultivos no tiene el éxito esperado y este año no hay una disminución radical de ellos, fácilmente entraríamos a hacer parte de la lista negra y a ser objeto de represalias comerciales. De hecho ya estamos en una lista de observación, y esta semana devolvieron a la primera colombiana.

 

De modo que mejor preparémonos desde ahora: comamos tamal, ajiaco y arepa de huevo; vistámonos con ropa colombiana; viajemos por el país; visitemos América Latina; protejamos nuestros mercados.

 

Fortalecer lo nuestro y unirnos mucho más entre todos los países de América Latina, es nuestra única defensa.

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