¡Bienvenido a la contienda, Iván Cepeda!
- Patricia Lara Salive

- 29 ago
- 3 Min. de lectura
“Cepeda posee las cualidades que debe tener un presidente: inteligencia, honestidad, equilibrio emocional...”: Patricia Lara Salive
“Cepeda posee las cualidades que debe tener un presidente: inteligencia, honestidad, equilibrio emocional...”: Patricia Lara Salive
Foto: Cristian Garavito
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Que el senador Iván Cepeda sea precandidato en la consulta que el Pacto Histórico realizará el próximo 26 de octubre es la mejor noticia política que se le ha dado al país en el último tiempo: de una estatura ética y una valentía a toda prueba, independientemente de si se está de acuerdo o no con sus ideas, Cepeda posee las cualidades que debe tener un presidente: inteligencia, honestidad, equilibrio emocional, ego controlado, cultura, intransigencia frente a la corrupción, convicciones profundas; capacidad de llegar a acuerdos con oponentes, de reconocer errores, de rodearse de personas capaces y honestas, de valorar a los técnicos, de unir, de buscar la equidad y el progreso y, lo que es más importante, de inspirar un cambio de chip en este país. Por eso, en el discurso de presentación de su candidatura, dijo:
“Como sociedad marcada por una historia de violencia, desigualdad, patriarcado y racismo, padecemos una profunda degradación moral. Hemos heredado el miedo a la libertad, el desprecio por los pobres, el sometimiento de las mujeres, la persecución de los pueblos ancestrales, la simulación de la democracia, el rechazo a la paz, la intolerancia frente al cambio social y la exclusión de quienes no poseen riqueza ni poder (...). Ese modelo de vida ha implicado el sacrificio de nuestra nación como proyecto colectivo. Hemos terminado por aceptar los peores crímenes y normalizar la corrupción, permitir el predominio del odio, ceder con abyección ante la dominación, destruir la ética pública, anular la solidaridad, negar la dignidad humana y despreciar lo más valioso de nuestra cultura e identidad (...) Por eso, no basta con transformar las condiciones materiales de vida. Necesitamos una auténtica revolución ética, una revolución de conciencia, que comience en lo más profundo de cada uno y cada una de nosotros. Una transformación que nos libere de la indiferencia ante el dolor ajeno, que rompa con el desprecio por la vida digna y nos devuelva la capacidad de imaginar y construir un país justo, solidario y en paz”.
Y luego de afirmar que su respeto a la democracia nace de su “convicción profunda de que la reconciliación nacional, los acuerdos –uno o múltiples–, el fin de todas las violencias, la verdad y la justicia, deben ser los principios rectores de cualquier proyecto”; y de agregar que será “implacable frente a cualquier forma de corrupción”; que garantizará “el respeto irrestricto a las libertades públicas”; y que su “campaña, por convicción, será profundamente austera”, afirmó: “no apelaré al odio, ni a la burla, ni a la deshumanización del oponente. Será una campaña de diálogo, con las personas del común y con mis adversarios políticos. No responderé con insultos, ataques personales ni campañas difamatorias. Como ha sido mi práctica durante toda mi vida política, me guiaré por el principio del respeto, que no significa renunciar al debate, sino ejercerlo con firmeza, coherencia y altura”.
Y concluyó su discurso con tres ideas significativas:
“Defenderé con convicción el programa del Pacto Histórico, sin perder nunca la ética en el camino”.
“El verdadero cambio político y económico no se construye “contra” alguien sino con todos y todas”.
Por todo lo anterior, decimos en voz alta: ¡Bienvenido a la contienda electoral, Iván Cepeda!
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