Recapacite, presidente
- Patricia Lara Salive
- 25 ene 2019
- 3 Min. de lectura
El atroz atentado del Eln contra la Escuela de Policía General Santander, en el que asesinaron a 20 estudiantes e hirieron a cerca de 80 más, el cual ha sido condenado por todo el país, por la comunidad internacional y por los opinadores que hemos manifestado nuestro repudio al Eln, a su inhumana acción y nos hemos solidarizado con las familias de las víctimas, no puede llevar al presidente Duque a cerrarle para siempre a Colombia la puerta de la paz completa. “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”, dice la Constitución.
Y a la paz se llega convenciendo a los insurgentes de que la lucha armada no tiene sentido y doblegando su voluntad de combate para que, como sucedió con las Farc, negocien en serio la paz. Y para negociar la paz, es indispensable contar con la ayuda de países y de organizaciones que sirvan de garantes y que hallen soluciones imposibles de lograr sin su cooperación, dada la desconfianza que hay entre las partes en guerra. Y para que existan países que se presten a ser garantes, tiene que haber la certeza de que la palabra de Colombia se cumple y que los acuerdos que los involucren se honrarán. De ahí que sea indispensable que el presidente recapacite y acepte cumplir los protocolos acordados para el caso de la terminación de los diálogos con el Eln.
Si él insiste en pedirle a Cuba que extradite a los negociadores, en vez de buscar una salida que respete los protocolos y que permita que Cuba se deshaga, como está establecido, de semejante problema en el que se metió, no para albergar terroristas sino para ayudarle a Colombia a alcanzar la paz, en el futuro no habrá país que acepte colaborarnos para conseguirla. ¡Y sí que los necesitaremos! Y no ayuda que el presidente manipule a la opinión haciéndole creer que la ONU y los garantes, con excepción de Cuba y Noruega, apoyan que Colombia incumpla los protocolos. ¡Eso no es cierto! Si bien Chile, Ecuador y la ONU condenaron duramente al Eln y apoyaron la firme determinación del Gobierno colombiano “de llevar a la justicia a los responsables de este brutal acto terrorista”, ningún país, a excepción de Colombia, y menos la ONU ni su Consejo de Seguridad, ha dicho que está de acuerdo con que se incumplan los protocolos.
Hay que ser claros: todos los países, incluido Cuba, que expresamente condenó y rechazó “todos los actos, métodos y prácticas terroristas en todas sus formas y manifestaciones”, condenan al Eln y su accionar terrorista. Todos los países creen que los culpables deben ser llevados ante la justicia y apoyan a Colombia en su determinación de hacerlo. Pero eso es muy distinto a decir que están de acuerdo con que se incumplan los protocolos. Hasta el momento de escribir esta columna, ningún país, salvo Colombia, lo ha dicho.
Y en la reunión del miércoles del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se insistió en la importancia de cumplir los acuerdos con las Farc, no se avaló el incumplimiento de los protocolos, como pretendía el Gobierno, ni siquiera se tocó el tema, sino que se condenó de manera contundente el atentado del Eln y se insistió en la necesidad de buscar una vía de diálogo para solucionar el conflicto. Los atentados “nos recuerdan lo urgente que es ponerle fin a la violencia y perseverar en los esfuerzos por garantizar un futuro más pacífico a los colombianos”, dijo Carlos Ruiz Massieu, representante del secretario general de la ONU.
Así que, presidente Duque, por favor no tergiverse. Esa actitud nos lleva a privarnos para siempre de la paz.
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